En los últimos años estamos descifrando una parte
de lo que ocurre en nuestro intestino. Este nuevo conocimiento es fascinante porque impacta de manera fehaciente en innumerables aspectos de nuestra salud. Algunos de estos aspectos, hasta hace relativamente poco tiempo, no los relacionabamos con nuestro intestino. Nos referimos a nuestro estado de ánimo, nuestra función cerebral, nuestro sistema inmune, nuestro rendimiento físico y las alteraciones de nuestra piel, entre otros. En este artículo, hablamos sobre el butirato, que es un ácido graso de cadena corta producido mediante la fermentación de las fibras que consumimos en nuestra dieta a nivel del tracto digestivo inferior. Por ello, lo denominamos posbiótico ya que es un producto producido por algunas de las bacterias saprófitas (dependientes, en este caso, de la fibra que comemos) que deberían habitar en nuestro ileón terminal y nuestro colon.
Estas baterias productoras de butirato son uno de los pilares de nuestra salud intestinal (y, por extensión, de nuestra la salud general) y el compuesto generado por estas bacterias en nuestro intestino el posbiótico: butirato.
Anclado a nuestro intestino se encuentra el microbioma, que estando en equilibrio es todo un universo de trillones de bacterias, virus, arqueas, fagos y hongos que nos ayudan a digerir nuestros alimentos, produciendo vitaminas, aminoácidos y ácidos grasos que regulan nuestro sistema inmune garantizandonos la protección contra agentes patógenos que causan problemas de salud. Dada la complejidad y la importancia que nuestra salud intestinal juega en la salud y el bienestar en general, se ha convertido en un campo de investigación muy activo en los últimos 20 años.
Como ya hemos mencionado el butirato es una sustancia posbiótica, es un ácido graso de cadena corta (AGCC) producido a través de la fermentación microbiana de las fibras dietéticas en el tracto gastrointestinal inferior. Hay otros dos AGGC el propionato y el acetat. El aporte de butirato según los hallazgos encontrados en los últimos años [1,2,3] :
- Es una fuente de energía importante para las células del colon (colonocitos).
- Aumenta el gasto de energía al mejorar la función mitocondrial.
- Mejora la sensibilidad a la insulina.
- Fortalece la barrera intestinal (que puede ayudar a proteger contra la disbiosis intestinal)
Básicamente, el butirato es un combustible importante para las células de su intestino y ayuda a mejorar su integridad y, con ello, el revestimiento de nuestro intestino para evitar las alteraciones que producen alimentos y microbios al trapasar la barrera instetinal.
Pero, ¿Dónde se encuentra el butirato?
El butirato no se encuentra en los alimentos, per se. Sin embargo, al consumir alimentos ricos en ciertos tipos de fibra aportaremos a nuestras bacterias intestinales las “materias primas” adecuadas que necesitan para generar los siempre tan importantes AGCC, entre ellos el butirato. Siempre y cuando nuestra microbiota esté en equilibrio.
Los tipos de fibra que utilizan las bacterias intestinales para producir butirato incluyen:
- Almidón resistente (AS): se produce cuando ciertos almidones se cocinan y luego se enfrían (por ejemplo, arroz, patatas, etc.). También se encuentran en los plátanos verdes, verdes y la harina de plátano.
- Inulina - cebolla, ajo, alcachofa, espárragos
- Pectina: manzanas, zanahorias, naranjas y albaricoques
- Fructooligosacáridos (FOS): plátanos, cebollas, ajo y espárragos, así como otras frutas y verduras.
- Arabinoxilano: se encuentra en los cereales como el trigo, el maíz, el arroz, el centeno, la avena y la cebada.
<
A pesar de la gran cantidad de alimentos que contienen los tipos correctos de fibras dietéticas que nuestras bacterias intestinales pueden utilizar para producir butirato, muchas personas tienen un bajo contenido de butirato debido a que no consumen suficientes verduras todos los días. Además debido a este déficit nutricional mantenido en el tiempo, es muy posible que padezcamos un desequilibrio de nuestro ecosistema intestinal, en ese caso, el aporte excesivo de este tipo de fibras generan molestias gastroinstetinales como hinchazón, estreñimiento y/o exceso de gases.
Por esta razón, en determinadas circunstancias, la suplementación con un suplemento de butirato es esencial para la salud y el bienestar.
¿Cómo saber si tenemos niveles bajos de butirato?
Para empezar, la única forma de saberlo con un alto grado de certeza es mediante una análisis de heces. Aunque es una prueba que ofrecen muchos laboratorios de análisis no se indica de manera convencional. Sin embargo, como ya hemos comentado, si no consumimos suficientes alimentos de origen vegetal, principalmente verduras y frutas (con alto contenido en fibras), es muy probable que tengamos niveles bajos de butirato. Las dietas ricas en grasas pro-oxidantes (aceites refinados y grasas trans) y muy bajas en carbohidratos también pueden afectar a las bacterias productoras de butirato. Además, cuando se mantiene una dieta occidental abusamos de alimentos ultra-procesados que son pobres en fibras fermentables y además contienen un exceso de harinas y azúcares refinados (desprovistos de fibras), por ello, con la dieta convencional deberíamos entender que tenemos una alta probabilidad de que nuestras bacterias productoras de butirato no estén en su mejor momento.
Los signos comunes en las personas que tienen niveles bajos de butirato pueden incluir:
- Mala salud gastrointestina len general
- Hinchazón
- Diarrea
- Cambios en el estado de ánimo y el comportamiento.
- Deterioro del metabolismo de proteínas y ácidos grasos.
- disbiosis o desequilibrio del micorbioma intestinal
- Aumento de marcadores inflamatorios.
- Sensibilidad a la insulina reducida
- Sindrome de colon irritable
- Enfermedad de Crohn
Cómo aumentar el butirato a nivel colónico
El butirato (así como otros AGCC) se producen durante la fermentación de fibra dietética no digerida, como el almidón resistente (AS) y los fructooligosacáridos (FOS). [4] Dado que no somo capaces de digerir determinadas fibras, éstas pasan al colon, donde las bacterias buenas se alimentan de ellas y producen butirato, entre otros AGCC. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, el individuo promedio no consume suficiente fibra para producir cantidades suficientes de butirato cada día, por lo que con frecuencia busca suplementos para la salud intestinal. No obstante, no todos los suplementos intestinales son iguales y pocos contienen formas biodisponibles de butirato. Por ello, es mejor adoptar un enfoque de alimentos primero para aumentar la producción por parte de nuestra bacterias de butirato y luego agregar un suplemento de butirato de alta calidad.
Si está buscando aumentar el butirato en el colon, estos son los principales alimentos que debe considerar agregar a su dieta:
- Manzanas
- Cebollas
- Espárragos
- Brócoli
- Coles de Bruselas
- Coliflor
- Verduras de hoja verde
- Granos integrales como la avena reposada en frío (remojar los copos de avena durante 8-12 h para un desayuno que nutra a las bacterias para la producció de butirato)
- Plátanos poco maduros (verdosos)
- Arroz integral enfriado
- Harina de plátano o de yuca
Como mencionamos anteriormente, obtener suficiente fibra para producir suficiente butirato todos los días es posible a través de alimentos integrales, pero aún el 95% de nosotros tenemos problemas para hacerlo debido a nuestra vida estresante, o la falta de disponibilidad de verduras frescas. En estos casos, puede resultar interesante utilizar un suplemento de butirato. Pero no todos los suplementos de butirato funcionan. Por ejemplo, los basados en butirato de sodio no llegan al colon donde son realmente beneficiosos.
Suplementos de butirato
Referencias:
- Gao Z, Yin J, Zhang J y col. El butirato mejora la sensibilidad a la insulina y aumenta el gasto energético en ratones . Diabetes. 2009; 58 (7): 1509-17.
- Peng L, Li ZR, Green RS, Holzman IR, Lin J. Butyrate mejora la barrera intestinal al facilitar el ensamblaje de la unión estrecha mediante la activación de la proteína quinasa activada por AMP en monocapas de células Caco-2 . J Nutr. 2009; 139 (9): 1619-25.
- den Besten G, van Eunen K, Groen AK, Venema K, Reijngoud DJ, Bakker BM. El papel de los ácidos grasos de cadena corta en la interacción entre la dieta, la microbiota intestinal y el metabolismo energético del huésped . J Lipid Res. 2013; 54 (9): 2325-40.
- Bourassa MW, Alim I, Bultman SJ, Ratan RR. Butirato, neuroepigenética y microbioma intestinal: ¿Puede una dieta rica en fibra mejorar la salud del cerebro ?. Neurosci Lett. 2016; 625: 56-63. doi: 10.1016 / j.neulet.2016.02.009
Oficina central: 922 084 703Contactar
Números de Teléfono
Madrid: 91 005 33 66
Móvil: 670 939 765